Sueños

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Once the interviewer asked me: “Have you fulfilled your childhood dream by becoming a photographer? For instance, have you bought yourself a Rolls-Royce?”

I found this question very moving, as I’d never wanted myself a Rolls-Royce. Before taking up photography, I’d owned a chain of dry laundries, and I still do. This is my major source of income. Thanks to this, I didn’t seek to monetize my photos, I sought to create beauty. I could afford to spend a lot of time on arranging an eye-catching shot even though I knew I wouldn’t make any profit this way, but only suffer losses: I’d spend money on the hotel, gas, clothes loan and outrageously expensive photography equipment. And you know, my happiness has nothing to do with buying a Rolls Royce, but with the fact that I found myself. I was 34 when I took the camera. At that time, my life was stable and quiet. Yet, something was itching inside of me, I was longing for creative fulfillment.

As a child, I received photography magazines; as a young adult, I admired Helmut Newton and David Hamilton, and once Instagram came to being, I tried myself in the art of photography. The era of digital photography was disappointing: a huge number of bodies, no aesthetics… And I thought that pure erotica had nothing to do with intentional sexuality and bright makeup; it’s about everyday life, routine clothes and ordinary life situations. I showed  that harmony and sexuality can be simple – as if you’re peeping through a keyhole.

Una vez el entrevistador me preguntó: “¿Has cumplido tu sueño de infancia siendo fotógrafo? Por ejemplo, ¿te has comprado un Rolls-Royce?

Esta pregunta me pareció muy conmovedora, ya que nunca había querido un Rolls-Royce. Antes de dedicarme a la fotografía, tenía una cadena de lavanderías secas y todavía la tengo. Esta es mi principal fuente de ingresos. Gracias a esto no busqué monetizar mis fotos, busqué crear belleza. Podría permitirme el lujo de dedicar mucho tiempo a preparar una foto llamativa, aunque sabía que de esta manera no obtendría ningún beneficio, sino que sólo sufriría pérdidas: gastaría dinero en el hotel, la gasolina, el préstamo de ropa y, escandalosamente, Equipos de fotografía costosos. Y ya sabes, mi felicidad no tiene nada que ver con comprarme un Rolls Royce, sino con el hecho de haberme encontrado a mí mismo. Tenía 34 años cuando tomé la cámara. En ese momento, mi vida era estable y tranquila. Sin embargo, algo me picaba dentro de mí, anhelaba una realización creativa.

Cuando era niño recibía revistas de fotografía; Cuando era joven, admiraba a Helmut Newton y David Hamilton, y una vez que surgió Instagram, me probé en el arte de la fotografía. La era de la fotografía digital fue decepcionante: una enorme cantidad de cuerpos, ninguna estética… Y pensé que el erotismo puro no tenía nada que ver con la sexualidad intencionada y el maquillaje brillante; se trata de la vida cotidiana, la ropa rutinaria y situaciones de la vida cotidiana. Demostré que la armonía y la sexualidad pueden ser simples, como si estuvieras mirando por el ojo de una cerradura.

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Información

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16+
Lanzamiento
2021
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