The Story of One FrameLa historia de un fotograma
I always say that I don't have a “most favorite shot”. But there are dozens of shots that I consider particularly important and that touch me to the core every time I look at them. One of those shots is this photo of a girl with plums.
The model I shot this work with was surprisingly modest, although she worked in the city hall, and I was greatly surprised that she agreed to pose in the nude genre. It was her first shoot, she was very nervous but trusted me. We did the shoot at my friend's dacha, in an atmosphere of cozy rustic style, which I always love. The pictures turned out to be lively, sincere, and I always remember this moment with warmth in my soul. It was one of those cases when I managed to convey not just the body, but the whole atmosphere of trust and beauty.
Siempre digo que no tengo una foto favorita. Pero hay docenas de fotos que considero particularmente importantes y que me conmueven profundamente cada vez que las miro. Una de ellas es esta foto de una niña con ciruelas.
La modelo con la que fotografié esta obra era sorprendentemente modesta, aunque trabajaba en el ayuntamiento, y me sorprendió mucho que aceptara posar desnuda. Era su primera sesión; estaba muy nerviosa, pero confió en mí. La hicimos en la dacha de mi amiga, en un ambiente acogedor de estilo rústico, que siempre me encanta. Las fotos resultaron animadas y sinceras, y siempre recuerdo ese momento con cariño. Fue uno de esos casos en los que logré transmitir no solo el cuerpo, sino toda una atmósfera de confianza y belleza.
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