The Fragrance of HappinessLa Fragancia de la Felicidad
Not so long ago, NYMF published a series of photos from my workshop in Mexico City called “Girl with a bicycle”, where a wonderful girl named Mar was the model. Communicating with her was easy and enjoyable. At the end of the master-class, I suggested that the girl could have a more frank photo session in shower. And she didn’t hesitate to agree.
You know, there are girls who have something more besides their native and natural beauty. A kind of magnetism, a wild and one can say pristine sexiness. That’s what I saw in Mar. A real fire was blazing in her eyes and it could be felt in absolutely everything: in her movements, her manner of conversation, her smile and eyes.
Early in the morning on the day of the session, I went to see the Mayan Pyramids – one of the Wonders of the World that has reached us through the millennia. I was very inspired by this tour. The Pyramids emitted a kind of energy that could hardly be described in words. When I returned to the hotel, Mar was already waiting for me at the reception. I don't know why, but looking into her eyes I felt about the same as when I was seeing those very pyramids.
Taking photos in a small bathroom was difficult enough. Literally in few minutes of shooting, the whole room was filled with steam and it was almost impossible to take photos. The camera lens instantly fogged up and I had to wipe it down with a tissue every 10 seconds to take a picture.
Mar… She was so beautiful and graceful. Drops of water flowed beautifully across her body, and the drawing light from the window drew its perfect lines. Perhaps the Maya who built those great pyramids were also inspired by the beauty of their women.
Half an hour later we finished this photo session. Such a seemingly simple one, without a complicated idea and preparation. But when I look at those photos my heart begins to beat faster, which means that the photos are a true success. We are now very far apart, but the photos taken that day will remain with us forever.
No hace mucho, NYMF publicó una serie de fotos de mi taller en la Ciudad de México llamada “Niña con bicicleta” , donde una niña maravillosa llamada Mar era la modelo. Comunicarse con ella fue fácil y agradable. Al final de la clase magistral, sugerí que la niña pudiera tener una sesión de fotos más franca en la ducha. Y ella no dudó en aceptar.
Ya sabes, hay chicas que tienen algo más además de su belleza nativa y natural. Una especie de magnetismo, una sensualidad salvaje y, se podría decir, prístina. Eso es lo que vi en Mar. Un verdadero fuego ardía en sus ojos y se podía sentir en absolutamente todo: en sus movimientos, su forma de hablar, su sonrisa y su mirada.
Temprano en la mañana del día de la sesión, fui a ver las Pirámides Mayas, una de las Maravillas del Mundo que nos ha llegado a través de milenios. Me inspiré mucho en esta gira. Las Pirámides emitían un tipo de energía que difícilmente podría describirse con palabras. Cuando regresé al hotel, Mar ya me estaba esperando en la recepción. No sé por qué, pero al mirarla a los ojos sentí lo mismo que cuando veía esas mismas pirámides.
Tomar fotografías en un baño pequeño ya era bastante difícil. Literalmente, después de unos minutos de rodaje, toda la habitación se llenó de vapor y era casi imposible tomar fotografías. La lente de la cámara se empañó instantáneamente y tuve que limpiarla con un pañuelo de papel cada 10 segundos para tomar una fotografía.
Mar... Era tan hermosa y elegante. Gotas de agua fluían maravillosamente por su cuerpo y la luz que entraba por la ventana dibujaba sus líneas perfectas. Quizás los mayas que construyeron esas grandes pirámides también se inspiraron en la belleza de sus mujeres.
Media hora después terminamos esta sesión de fotos. Uno aparentemente simple, sin una idea ni preparación complicadas. Pero cuando miro esas fotos mi corazón empieza a latir más rápido, lo que significa que las fotos son un verdadero éxito. Ahora estamos muy lejos, pero las fotos tomadas ese día permanecerán con nosotros para siempre.
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